Hoy os presentamos un piso de lujo en Madrid que pertenece al diseñador de interiores Nacho Polo, conocido por su relación con el presentador de televisión Victor Sandoval. Pero más allá de su participación en programas del corazón, Nacho es un excelente decorador con trabajos en varios países del mundo. Un ejemplo de su estilo es este magnífico piso en el centro de Madrid.
Algunos proyectos de interiorismo contemporáneo consiguen reve-larnos la estructura e incluso el espíritu del lugar que rehabilitan, como una verdad tras una sesión de mayéutica. Éste podría ser el ejemplo de la labor que ejerció Nacho Polo, el más estadounidense de los diseñadores madrileños, en un piso de su propiedad cercano a la Plaza de Oriente.
Nacho Polo vive entre Miami y Madrid, pero desde 2003 centra su labor en la metrópoli de Florida, en una apuesta profesional y personal arriesgada, porque aunque Miami concentre un gran número de fortunas, Nacho Polo sabe bien que la competencia allí es feroz. Entre sus últimas incursiones en la capital madrileña está la rehabilitación y casi restauración de un lujoso piso de porte señorial que vivía sepultado bajo una distribución en habitaciones diminutas y en la penumbra de varias ventanas tapiadas.
La labor de Polo en este piso de Madrid se centró ante todo en redistribuir el espacio y devolverle su significado. Así, el salón se presenta como el gran protagonista del reajuste dando una sensación de plenitud a los materiales y a los recursos, que se repiten en otras estancias de la vivienda. Los varios balcones abiertos al Real Monasterio de la Encarnación, edificio de principios del siglo XVII, recuerdan la ubicación en pleno centro histórico. Su majestuosa fachada entra de lleno por los ventanales. El blanco sobre todo, y por momentos el negro, se convierte en la marca de identidad de todo este proyecto sin llegar nunca al aburrimiento. Con brillo, mate, satinado… Son muchas las variaciones del blanco en suelos, paredes y accesorios. Con él se descubren las molduras de los techos, la carpintería, incluso el suelo cobra una segunda juventud.
Con acierto, algunos detalles se presentan por puro contraste: el aseo se viste de listas con una pizca de humor, y productos de grandes diseñadores se revelan en toda su modernidad e ingenio. El sillón Smoke de Maarten Baas se impone en la zona de lectura. En otro rincón, destacan las butacas Shell de Hans J. Wegner o la ya clásica Ball Chair de Eero Arnio. Con estas piezas se logra un aire contemporáneo en un diálogo diáfano con el espacio. Otras piezas son del propio Nacho Polo como el espejo que domina el dormitorio principal y que se apoya entre el suelo y una pared forrada de un papel que da forma al bicromatismo en volutas barrocas. Accesorios como las tulipas de las lámparas de techo y pie también recurren al negro para acentuar el contraste en un universo lleno de comodidad y frescura de alta gama.
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