Ya habíamos hablado de la casa de Slash, guitarrista del grupo Guns&Roses, en este mismo blog. Hoy continuamos nuestros reportajes de casas de estrellas del Rock con la mansión de Steve Harris, bajista de una de las bandas de más míticas de la historia del Heavy Metal, Iron Maiden. Entraremos en una típica casa de campo inglesa que con los años Harris ha ido modificando y actualizando a sus gustos pero respetando su esencia medieval.
Situada en Essex, una zona rural a poco más de media hora de Londres, la casa fue comprada por Steve Harris en los años 80, aunque su construcción data de 1427 estando catalogada como una propiedad de valor histórico. Todavía hoy contiene muchos de sus elementos originales y esa atmósfera medieval que tanto le gusta a las estrellas del Heavy Metal. Estilo que se aprecia nada más pasar la puerta principal de la casa, donde entramos en un gran hall recibidor con inmensas vigas de madera, muebles antiguos, pesadas cortinas de terciopelo rojo y una gran lampara de hierro fundido con bombillas que imitan velas. A simple vista nada es moderno. Todo es viejo y añejo, como si el tiempo se hubiera detenido en esta casa al norte de Londres.
Dispone de once habitaciones algunas de las cuales conservan las camas originales de la casa: grandes estructuras de madera elevadas con dosel, cabeceros tallados y cortinas en dos de sus cuatros lados. También la cocina conversa su viejo encanto, con una cocina de leña, vigas de madera, paredes de piedra y utensilios de cocina de latón. Una de las curiosidades de la casa es que muchos de los paneles de madera de roble que decoran las paredes están protegidos por las leyes británicas, por lo que muchas de las habitaciones no se pueden reformar y solo se permite su rehabilitación. Esto pasa en la mayoría de las habitaciones, los salones y el hall de entrada.
Sin embargo otras estancias han sufrido un gran cambio o se han construido de nuevo para darle un aspecto más actual. Como la piscina cubierta, a la que se ha añadido un gimnasio decorado con un impresionante mural, el estudio de grabación de la segunda plata, la sala de juegos llena de antiguas máquinas arcade, o un completo pub inglés, con todo lujo de detalles y una gran variedad de grifos de cerveza.
La casa se completa con una pista de tenis, una piscina exterior, la típica cabina de teléfono roja inglesa y un campo de fútbol de gran tamaño; recordemos que Steve Harris es un gran aficionado al balompié y patrocina su propio equipo de fútbol profesional.
Actualmente la propiedad está en venta porque Harris está continuamente viajando durante largas giras y pocas veces tiene tiempo visitarla. Un muestra de ello es el precio que en los últimos cuatro años a bajado de siete millones de libras a los casi cuatro millones que pide ahora por la casa.
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